Seguimos aquí a pesar del panorama político
Por Paris Whitfield
Los eventos sociales pueden dejar cicatrices en nuestras mentes, como las cortadas en los marcos de las puertas que miden la estatura de los niños. El 20 de marzo de 2020 fue una de esas marcas. Sé dónde estaba, qué estaba haciendo y por qué nunca podré olvidar ese día.
Me senté en la clase de español, luchando con el tiempo subjuntivo de la conjugación de verbos presente/pasado, y abruptamente se anunció que todas las personas encarceladas debían regresar de inmediato a sus celdas. Mis primeros pensamientos fueron que la instalación arruinó su conteo institucional de las personas, pero algo se sintió distinto sobre la urgencia del personal.
Tenga en cuenta que estoy leyendo "We Still Here: Pandemic, Policing, Protest & Possibility" de Marc Lamont Hill, en julio de 2022, dos años después del brote y el caos que siguió.
El genio de Hill es que le habla a dos tipos distintos de lectores. Para un lector, traza un camino de migas de pan que lo lleva a descubrir cómo persisten las desigualdades sociales. Y para la otra persona lectora, Hill ilustra, a través de las nuevas regulaciones de Covid-19, cómo la gente negra históricamente ha luchado contra las desigualdades arraigadas en las políticas de la era anterior a la guerra.
A decir verdad, Covid-19 no creó racismo ni desigualdades (en todos los niveles sociales): Covid reveló cuán arraigados están en la sociedad. Los informes, las anécdotas y (lo que se siente) la honestidad de Hill asigna tareas para aquelles de nosotres que estamos llamades a recoger las migas de pan que él nos deja, para que exploremos su análisis y luego nos adentremos en nuestros propios hoyancos de desigualdad, en un esfuerzo para resolver algunos de estos problemas expuestos por la pandemia.
Decir que el Covid-19 infundió miedo en las instalaciones de la prisión es decirlo de manera sutil. Por un lado, la mayoría de las noticias de lo que estaba sucediendo fluían por encima de las paredes, desde los medios de comunicación externos y hacia la población carcelaria. En ese sentido, el libro de Hill nos brinda un reflejo de una pandemia mundial de por vida y la ineptitud política que le siguió. Hill nos trajo a nosotres, personas encarceladas, algo de consuelo en las respuestas que dio, incluso cuando la situación de Covid era fluida.
Cada persona reportera de noticias hizo grandes esfuerzos para señalar que quienes estaban muriendo en grandes cantidades eran en su mayoría personas de color y en su mayoría de los Cinco Distritos (Five Boroughs); naturalmente, quienes somos gente Negra/Marrón y de los Cinco Distritos (Five Boroughs), también nosotres, aquí, eventualmente moriríamos por este asesino que era 'parecido a la niebla'.
Hoy, dos años y medio después, el libro de Hill aun habla del momento inmediato. La relevancia y el peso de sus palabras encuentran un hogar en aquelles de nosotres que estamos socialmente en sintonía, que estamos continuamente liberando nuestras mentes y que estamos trabajando de forma activa para abolir los sistemas de opresión e inequidad.
Con el beneficio de la retrospectiva 20/20, mi crítica del libro de Hill es un examen de la vulnerabilidad médica, el capital del desastre, como él destaca: "El Capital, Covid", vigilancia policial, medios de comunicación/violencia, etc. Exteriormente, la marca de racismo de Covid se parece, o expone, a esas experiencias históricas donde la gente Negra ha tenido facturas que detallan su trauma colectivo, causado por las instituciones.
Para aquelles de nosotres que somos gente Negra/Marrón, entendemos que la existencia misma de la gente BIPOC, -desde la cuna hasta la sepultura-, es tanto protesta como activismo. Recomiendo a Hill's Book, porque hace más que contarnos sobre nuestras terribles circunstancias mientras lidiamos con Covid-19; nos requiere pausar e inspira nuestro llamado a la acción.
Las palabras de Hill son un intento de proporcionar una lente -en beneficio de la gente blanca- a que observen su propio comportamiento, como lo vemos nosotres (las personas Negras/Marrones). De esta forma, tal vez, la gente blanca pueda abordar los problemas sistémicos, que no causaron el Covid, pero que expusieron cómo el racismo profundo está arraigado en nuestras instituciones de servicios más básicos, como la salud, la vivienda y el sistema médico.
Hill tuvo la previsión, en el 2020, en medio de todo, de señalar que tanto la "muerte de la gente Negra", como el encarcelamiento masivo de gente Negra, "no constituye una crisis" para quienes están en el poder y no valoran la existencia de las personas que no son blancas. Para muches de nosotres que estamos encarcelades, entendimos intuitivamente que si vivíamos o moríamos no tenía ninguna consecuencia real.
Para poner el libro de Hill en una conversación académica, me baso en la observación de Foucault sobre el racismo. Él comenta que "el racismo es una característica incrustada de la gobernanza democrática liberal moderna". Hasta este punto, y nuevamente con experiencias pasadas en mente, la normalización y selección racial de la gente Negra, a primera vista pareciera banal. Pero no lo es. Y Hill nos está mostrando, a través de las políticas, cómo el racismo, persiste.
La gente Negra ha lidiado con muchas otras enfermedades: presión arterial alta, diabetes, obesidad. Si les doctores dependían del tipo "biológico", la gente Negra entendía que tenía más probabilidades de contraer Covid-19. Pero, aquí es donde Foucault se basa aún más en los imperativos sociales y políticos de la equivalencia humana conforme, que se basa en lo "biopolítico" ya que regula a través de políticas que garantizan, o no, el derecho a que uno viva.
Hill nos dice que "2.2 millones de personas actualmente [están] enjauladas dentro de las prisiones y cárceles de los Estados Unidos". Específicamente en el estado de Nueva York, todos los días, más de 30,000 personas encarceladas languidecen en las prisiones del estado. El 75% de estas son personas Negras y Marrones.
9.000 personas encarceladas en el estado de Nueva York se enfrentan a una posible sentencia de por vida, si no reciben la libertad condicional: el 55.8 % son gente Negra y el 24.7 % son Hispanxs/Latinx, lo que solo a simple vista, la post-esclavitud sugiere algo más político que moral.
Un filósofo llamado Giorgio Agamben comenta que la prisión es "un espacio absolutamente biopolítico ... cuyo poder se enfrenta a la vida". Las prisiones no tenían máscaras adecuadas ni equipos de prueba hasta meses después de la pandemia. Eso ilustra cómo, en primer lugar, las políticas de biopolítica confinan los cuerpos Negros y Marrones; y en segundo lugar, cómo la biopolítica se cruza con los cuerpos Negros en la prisión, así como dentro de la sociedad.
Las palabras de Hill son provocativas, pero no escandalosas para la gente Negra, porque lo vivimos, o nos matan porque nos negamos a aceptarlo. Que "Todavía [estamos] aquí" es un testimonio de nosotres como pueblo: somos resistentes y perseveramos a pesar del panorama político.
Eric Paris Whitfield es líder de un equipo en el Centro LGBTQ+ de Newburg, que es supervisado por la directora de Queers for Justice, Alisha Kohn; pertenece al Comité Asesor del Sylvia Rivera Law Project Prison; pertenece a la Coalición Inside/Outside (anteriormente conocido como No New Jails de NYC); es poeta residente de "What's the Tea"; y ha publicado, recientemente en la Universidad de Tufts para la revista New National Literary Arts Journal Resentencing Journal); contribuye para el Empowerment Avenue; y es una persona ciudadana encarcelada. Paris también es estudiante de Bard College y está trabajando en su tesis de último año.